¿Por qué la infraestructura de telecomunicaciones es fundamental para la vida moderna?

La infraestructura de telecomunicaciones, o infraestructura inalámbrica y celular, es ahora parte integral de la vida diaria, los negocios y los propósitos gubernamentales. Estas torres nos permiten estar conectados a través de teléfonos inteligentes, internet, etc. A fin de tener abiertas estas líneas de comunicación, debemos mantener las antenas de telefonía celular, las celdas pequeñas y los sistemas de antenas distribuidas (DAS) que ya hemos construido. No solo debemos mantener estos importantes sistemas de infraestructura en buen estado de funcionamiento, sino que necesitamos contar con más de ellos.

Los gobiernos de diferentes países de todo el mundo están muy centrados en el desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones. La forma en que muchos países están tratando de hacer crecer su mercado de torres de telecomunicaciones es a través de regulaciones sencillas y sistemas de permisos rápidos para establecer nuevas antenas de telefonía celular. Esto tiene como objetivo mejorar la conectividad en todo el país, incluso en las zonas más remotas y rurales. La adaptación de esta estrategia de colocar antenas de telefonía celular en las zonas rurales, especialmente en los países en desarrollo, puede traer más oportunidades de crecimiento para la industria de las telecomunicaciones.

La industria de las telecomunicaciones ha experimentado un gran crecimiento a lo largo de los últimos años, gracias a que el uso de teléfonos inteligentes se ha convertido en algo habitual y forma parte de la cultura. También ha experimentado cómo las nuevas tecnologías que mejoran la conectividad han tomado protagonismo. El brote de Covid-19 ha demostrado aún más la necesidad de desarrollar más sitios de telecomunicaciones en áreas rurales de todo el mundo. La pandemia ha llevado a más personas a trabajar desde casa, a hacer reuniones remotas a través de plataformas de videoconferencia y a acceder a bases de datos compartidas fuera del espacio de la oficina. Estos tiempos han demostrado la importancia de una infraestructura de telecomunicaciones sólida que cumpla con los requisitos de la “nueva normalidad”. La forma en que las personas interactúan, trabajan juntas y conducen sus propias vidas personales ha cambiado drásticamente desde la época “antes del Covid-19”. El sector de las telecomunicaciones deberá aumentar aún más su red de telecomunicaciones para dar respuesta a las demandas y las necesidades.

En estas circunstancias, resulta evidente la necesidad esencial de disponer de internet de alta velocidad para todas las operaciones de la vida económica, social y política. Sin embargo, muchas comunidades rurales siguen desatendidas siendo ignoradas por los servicios de banda ancha y los proveedores de redes de telecomunicaciones. La mayoría de los operadores celular preferirían concentrar sus esfuerzos en la construcción de infraestructura de telecomunicaciones y la renta de postes terrestres en áreas urbanas con un gran número de clientes potenciales. La instalación de la infraestructura es costosa y las empresas son reacias a asumirla en áreas escasamente pobladas. Hay menos oportunidades y, por lo tanto, menos ingresos para los operadores de telefonía celular en las comunidades rurales.

Sin embargo, los gobiernos de todo el mundo están desarrollando planes para expandir los servicios de banda ancha a áreas desatendidas y escasamente pobladas. La prestación de un servicio de internet de alta calidad se trata de garantizar que los ciudadanos rurales de todo el mundo tengan las mismas habilidades para la vida y el mismo acceso a la información, la cultura, las filosofías, la interacción social y las perspectivas que las personas en las zonas urbanas. El conflicto radica entre los gobiernos que desean brindar a los habitantes de las zonas rurales un futuro más próspero con una mejor conectividad y los operadores de telecomunicaciones que se muestran reacios a reducir la enorme brecha entre la banda ancha urbana y rural.